
Nadie regala nada en el inicio de Liga Iberdrola y División de Honor A
Hemos tenido que esperar hasta que el Otoño se haya asentado de pleno para disfrutar del arranque en las dos máximas categorías del Hockey español. En términos generales ha sido un fin de semana dispar en cuanto a resultados para los equipos del SPV Complutense, tanto en Liga Iberdrola como División de Honor A. Los dos técnicos tienen por delante muchos aspectos que analizar y mejorar, pero conviven con la ilusión intacta, que es la que procede cuando comienza un campeonato. En este inicio de Liga nada es definitivo y queda mucho margen por delante para alcanzar los objetivos que ambas formaciones se han propuesto.
En la tarde del sábado, las chicas de Jorge Donoso debutaron en Sanse frente a las actuales campeonas de la Liga Iberdrola, el Club de Campo. Desde el inicio prometía ser un encuentro inédito, a pesar de que ambos planteles se conocen muy bien. El handicap era tanto la reincorporación de todas las internacionales como las novedades en el once del SPV Complutense. Si bien el partido arrancó con los dos equipos muy bien plantados y obviando el tanteo previo para jugar con descaro de tú a tú, el Club de Campo goleó primero en una jugada de auténtica mala suerte tras una pérdida de bola local. Las universitarias siguieron con su plan y tuvieron oportunidades de peligro, pero simplemente no encontraron los tres palos.
Al reanudarse el descanso, las del Club de Campo aprovecharon una mayor contención defensiva del SPV Complutense, que jugó muy encerrada en su línea de 22, para mover la bola de lado a lado y meter el miedo en el cuerpo con algún remate que no acabó de entrar. Realmente, el partido se decidió en el mayor acierto desde el penalty-córner por parte de las visitantes, que marcaron hasta dos veces por medio de esta suerte con Amparo Gil y María López. Hubo buenas actuaciones de la portera universitaria, Ana Calvo, que evitaron una derrota mayor, sin embargo no fueron suficientes para evitar un cuarto gol por parte de las visitantes. El resultado varió para las universitarias gracias al tanto de la santanderina Patricia Álvarez, quien ya había avisado estrellando una bola al poste previamente. Con este resultado desfavorable se llegó al final del partido y la reflexión de que si hay un momento para sufrir una derrota lo mejor es que sea a estas alturas tan tempraneras.
En cuanto a los chicos, comandados por Nacho Usoz, han debutado hoy domingo, con un fulgor que ha agradado tanto a la afición como al cuadro técnico. El rival era el Club Egara, actual campeón de Liga masculina, con bastantes reincorporaciones internacionales en sus filas. Desde el inicio, ha sido un partido vibrante, con un ritmo altísimo y un nivel de juego universitario que genera ilusión por cuanto cada jugador se ha empleado a fondo hasta el último minuto. Los dos primeros cuartos han tenido ocasiones de gol en ambas porterías y las más peligrosas las ha desbaratado un Quico Cortés inmenso bajo palos egarenses. A la reanudación del descanso, más toma y daca por parte de ambos equipos; los visitantes moviendo la bola y los locales contraatacando con la velocidad de los delanteros, que han esperado entre medio campo y la 22 visitante como perros de presa todo el tiempo.
Hasta el último cuarto no se ha visto ni un solo gol, pero la espera, sin duda, ha merecido la pena. Vaya últimos diecisiete minutos y medio finales… Si los tres cuartos previos han sido emocionantes, el último no ha sido menos. Ninguno de los dos equipos quería regalar puntos y eso ha brindado un espectáculo de anotación visitante y remontada local hasta llegar a las tablas definitivas (2-2). El Egara golpeaba primero, por medio de Xavi Aguilar, en una jugada de combinación muy rápida. Ajeno al picotazo rival, el SPV Complutense empataba ocho minutos después con algo de fortuna gracias a Nico Mondo, que se pegaba un carrerón desde 22 propia hasta el área rival por toda la banda derecha. El Egara volvía a adelantarse un minuto después por medio de Marc García-Chicote, en lo que parecía el mazazo definitivo. Pero con diez minutos por delante, Nacho Usoz pedía calma y animaba a buscar el empate, consciente de que el Egara no era muy superior y que los universitarios estaban con muchas ganas. Así las cosas, la igualada llegaba con Nacho Cobos, a poco menos de un minuto para el final. Una señal de que este año el camino pasa por no bajar nunca los brazos.